Estamos
observando en los últimos meses a través de los mapeos de
electrones=TEC= un asiduo registro semanal con valores relativamente
importantes.
La
atmósfera terrestre y la magnetosfera permiten una adecuada protección a
nivel del suelo, sin embargo, existe la preocupación de que el
adelgazamiento de la capa de ozono podría permitir que más de esta
energía perjudicial llegara a Tierra.
La
penetración de partículas de alta energía en las células vivas pueden
causar daño a los cromosomas, cáncer de piel, y una serie de otros
problemas de salud. Las dosis grandes puede causar la muerte inmediata.
Los protones solares con energías superiores a 30 MeV son
particularmente peligrosos.
Los
cinturones de Van Allen son regiones de partículas de alta energía,
protones y principalmente electrones , que quedan cautivos por la
influencia magnética de la Tierra.
Ellos
tienen dos fuentes principales. Un pequeño pero muy intenso cinturón
interior que está atrapado dentro de las 6.500 km, más o menos, de la
superficie de la Tierra.
Mucho
se ha estudiado sobre éstos cinturones que realmente son una de las
bendiciones de la arquitectura de la Creación para proteger a nuestro
planeta de la radiación espacial. Pero a pesar de los grandes estudios
se sabe muy poco en comparación a lo que verdaderamente pasa allí, en
los cinturones de Van Allen
La
llamada Anomalía del Atlántico Sur obedece a una región que retiene un
muy alto flujo de partículas, unos 250 km sobre el Océano Atlántico
frente a las costas de Brasil y es el resultado de que los ejes de
rotación y magnéticos de la Tierra no están alineados.
El
flujo de partículas es tan alta en esta región que a menudo los
detectores de los satélites deben ser apagados o colocados en modo
seguro para protegerlos de la radiación.
Cuando
los rayos cósmicos impactan a la atmósfera de la Tierra, producen una
cascada de electrones. Cada rayo cósmico primario genera millones de
ondas secundarias de electrones de alta energía. Muchas de estas
partículas se dispersan hacia arriba y quedan atrapadas por el campo
magnético de la Tierra para ir a parar a los cinturones de Van Allen. En
un solo día, un importante evento de rayos cósmicos lograría inyectar
en el campo geomagnético una energía equivalente a 1000 partículas de un
megatón de explosiones de bombas de hidrógeno.
A
éste ritmo, la energía suministrada a los cinturones después de un año
superaría 30.000 veces la energía recibida de las más poderosas
tormentas solares de rayos cósmicos observadas en los tiempos modernos.
Dichos cinturones de radiación bajo tensión podrían causar un apagón
global de las comunicaciones mediante la creación de estática de radio y
de forma permanente dañar componentes electrónicos críticos de
satélites de comunicaciones. Los viajes en avión durante éstas
condiciones serían muy peligrosos. La ionización atmosférica resultante
destruiría la capa de ozono, y aumentaría las tasas de cáncer de piel,
debido a los altos niveles de radiación UV que alcanza a la superficie
de la Tierra, las partículas de rayos cósmicos que penetran a nivel del
suelo aumentarían significativamente las tasas de mutación de células.
Las súper-ondas galácticas también puede producir un pulso
electromagnético intenso =EMP= cada vez que un rayo cósmico que pasa
frente a la atmósfera de la Tierra.
Súper-ondas
galácticas como las que sucedieron durante la última edad de hielo
podrían haber generado pulsos de decenas de miles de voltios por metro
en tiempos tan cortos como una mil millonésima de segundo, comparable a
la señal EMP de una explosión nuclear a gran altitud. Existe también el
peligro de que una súper-onda podría transportar polvo cósmico
periférico en el Sistema Solar que podría afectar seriamente el clima de
la Tierra.
Las
observaciones parecen implicar que los electrones peligrosos sólo
pueden ser el resultado de un proceso de aceleración producida por la
interacción de partículas cargadas y ondas electromagnéticas. Sin
embargo, un experimento oficial no explicó el mecanismo exacto de la
interacción, si bien se había demostrado de manera concluyente el
proceso, aún quedaba mucho por hacer para entender cómo funciona.
La
fuente de las ondas electromagnéticas no es un problema resuelto ya que
pueden nacer de turbulencia en el flujo de los electrones dentro de los
cinturones de Van Allen mismos o pueden emanar de rayos en la atmósfera
de la Tierra.
Como podemos apreciar estimados lectores, la ciencia no sabe nada, o apenas...muy poco.
En
ésta captura realizada gentilmente por el lector Tag, vemos como de
repente y sin previo aviso, un pico de electrones fluye de manera muy
potente;
***A
causa de ciertos desperfectos y también quizás por la llegada del
Huracán Isaac, se tuvo que abortar un envió de tres sondas por parte de
la NASA precisamente para ver qué está pasando en los cinturones de Van
Allen. Y claro...ellos no son tontos, llevan un extenso registro de
datos que hacen referencia a una actividad altamente preocupante en ese
sector del espacio. Se puede llegar a pensar que los cinturones están
saturados o averiados y hay fuga de electrones. Ésto es algo imposible
de verificar, porque es algo tan grande y complejo que, lograr
comprender la mecánica, llevaría años y años, cientos quizás, o miles.
Obviamente
que mientras tanto, nos informan que los peligros sólo son para las
tripulaciones espaciales, sin embargo hay fuertes sospechas por parte de
la ciencia, de la otra ciencia, la que no recibe subsidios y no se
corrompe, de que las anomalías espaciales son tan grandes que es una
quimera llegar a comprenderlas.
Tenemos
un Sol que debería estar en su pico de máximo, y ya
ven...repentinamente se apaga. Ya sé de algunos amigos/as que me caerán
en la yugular porque ellos se adherían a la teoría de la glaciación, y
yo no. Aún sigo sosteniendo que nada de lo estudiado sirve, esos
patrones cortos de mediciones creo que no tienen ningún efecto, por el
simple hecho de que nadie conoce ni un ápice de cómo funciona la
extraordinaria maquinaria de la Creación.
Se
cree que todo es constante y que se reitera cada determinado lapso de
tiempo, y yo no concibo esa teoría. Algo tan in-medible,
in-conmensurable como lo es el todo que llamamos *espacio*, es imposible
de ser catalogado como algo que reitera cada X tiempo un mismo patrón.
Algo infinito está vivo y en expansión, y quizás el tiempo de las
periodicidades se ha acabado y hemos entrado en tiempos en los cuales no
sabemos cómo medir algo que se desconoce.
Hay
lecturas del magnetismo terrestre que son desconcertantes, y se dice
que se descubrieron *grietas* por las cuales la magnetósfera no retiene
lo que debe retener, pero...¿quién sabe por cuánto tiempo más? ¿se
abrirían más brechas?, nadie les va a firmar un papel en blanco.
Hay
mediciones de picos de neutrones, de protones que vienen de la nada, y
las excusas se terminan cuando por ejemplo, no hemos tenido ni agujeros
coronales, ni eyecciones de masa coronal, ni filamentos, ni oleadas de
plasma sobre la corona del Sol, ni ningún asteroide cercano, ni
nada...Primero se negaba la existencia de la nube inter-estelar y se
insistía con caducas teorías, hoy ya es un hecho que no se niega desde
la ciencia, lo sabemos pero desconocemos completamente qué implica
navegar dentro de ésta nube.
Todo
ha cambiado, absolutamente todo, como lo vemos reflejado en nuestro
planeta, cada día y a cada hora el clima se descontrola rompiendo todos
los patrones pre-establecidos y estudiados. Manchas solares que
descargan su furia en la cara oculta del Sol y que cuando se ponen
frente a nosotros...zasss...se vuelven pecas inofensivas, pierden
mágicamente su poder ¡ y eso que estamos en el ciclo máximo!...Al mismo
tiempo nos están advirtiendo de una gran llamarada solar y sus
implicancias, y aparecen los que viven atados a los manuales, y copian y
pegan el listado de CMEs de clase X que tuvo el planeta y entonces se
relajan, y nos dicen...*tranquilos...no pasa nada* *si tuvimos una X 28 y
nada pasó, no hay de qué preocuparse*.
Y
entiendo que si hacemos esas comparaciones no deberíamos estar
inquietos, y los comprendo, no los puedo criticar por su honestidad,
pero sí creo que la ortodoxia es nociva cuando no se tiene en cuenta la
realidad y se persiste en las ataduras a un manual que hoy es
inaplicable, no cuestionarlo es como cuando se afirmaba que la Tierra
era plana. Y me dirán *¿pero usted qué prueba tiene de que todo ha
cambiado?*, yo les digo que las pruebas las tenemos todos y a la vista,
el problema es que muchos se niegan a verlas. Yo nunca he hecho éste
sitio con el fin de competir, y entrar en la estupidez de rivalizar con
sitios similares, cada vez que encuentro un blog o foro o sitio donde
hay alguien que analiza al Sol, realmente me pongo muy feliz porque es
necesario que más ojos apunten a hallar respuestas que antes dependían
de un puñado de egoístas.
Sé
que no puedo esperar lo mismo por parte de los demás, quizás no les
cause felicidad que yo aborde éstos temas referidos al Sol, pero no
importa porque realmente lo valioso es que informen y opinen, y de esa
forma cada vez haya más personas interesadas por todo ésto. Yo no voy a
auto-censurarme de cómo opinar sobre lo que veo cada vez que analizo la
data solar, me tiene sin cuidado lo que el resto piense, y somos todos
lo suficintemente mayorcitos como para hacernos cargo de todo lo que
leemos o escribimos, porque si tengo que estar midiéndome cada vez que
voy a opinar pensando en que alguien puede asustarse....bueno...entonces
dejo de ser yo mismo.
Tendremos
que aceptar alguna vez que cuando las cosas se hacen con buena voluntad
despojadas de intereses mezquinos no hay que temer a lo que uno dice o
escribe, podemos equivocarnos claro que sí, pero peor es tener miedo a
equivocarse y repetir como loros sin un ápice de personalidad. A los
amigos con los cuales debatimos ferviente pero amorosamente sobre si
glaciación sí, glaciación no, les digo que si me guío por lo que hoy
tenemos y lo aplicamos al manual, todo pareciera ser que debería darles
la razón, pero créanme que estoy totalmente convencido de que aún falta
para ese momento.
Aún
vamos a tener que ser testigos de anomalías cada vez más
desconcertantes y del Sol no guiarse por la aparente inactividad, hay
factores externos que están haciendo mella en los patrones conocidos y
estudiados, como ya he dicho en otra oportunidad, ya no es necesaria una
mega CME para dejarnos sin energía eléctrica por ejemplo, ni tampoco
las temperaturas extremas hacia arriba o hacia abajo son comparables con
el pasado, mucho menos la vulcanología y la sismología ni los fenómenos
atmosféricos, nada de eso ya tiene, a mi criterio, asidero en la data
del pasado.
Veremos,
siempre veremos, en el tiempo que avanza y pone en evidencia muchas
cosas que hoy son teorías, porque todo es teoría ya que si pudiéramos
controlar todo lo que creemos saber, nadie seguiría estudiando nada. Me
niego también a adherirme a quienes creen más en una fecha que en la
realidad, y vuelven y vuelven sobre lo mismo, 21 de Diciembre y muchas
más. Particularmente soy consciente de que esa fecha por ejemplo,
encierra muchísimo conocimiento ancestral, pero de allí a que algo
suceda aquí en la Tierra o en el cosmos, es adivinar, y los adivinos
nunca aciertan la lotería.
Son
reales las alineaciones y el punto a través del cual los astros se van a
enfilar, perfectos son los estudios hechos por nuestros ancestros, como
también son perfectos los relatos que ellos hacían de la interpretación
de todo eso, pero habría que comprender que el lenguaje utilizado para
interpretar aquellos fenómenos hoy resulta difícil de aplicar en nuestra
cultura actual, no niego en absoluto que los registros hablan de éste
tiempo, pero aún con aquellos maestros del estudio de éstas cosas, no
podemos saber en absoluto sobre una fecha, ya que todo está en
permanente cambio, medimos mal el tiempo con calendarios que nada tienen
que ver con el cosmos de hoy, mucho menos vamos a adivinar tal o cual
fecha.
Yo
pregunto....¿y si el tiempo se aceleró o se desaceleró?...no hay
calendario que pueda medir las fluctuaciones magníficas de un todo
llamado universo o espacio o cosmos..y reitero, me adhiero al
conocimiento de aquellas culturas, lo que digo es que ni siquiera
sabemos en qué año estamos....
Así
como los cinturones de Van Allen son una enormidad que está allí, se
sabe su distancia, su ubicación y la función que cumple, sin embargo es
como saber el título de un libro sin haber leído sus 700 páginas.
Uffff...ya
ven estimados/as, me apasionan éstos temas y a veces cuando gozo de un
poco más de tiempo suelo explayarme extensamente, casi aburridoramente,
lo sé.
Stop.
Gilgamesh***
FUENTE: http://tiemposllegados.blogspot.mx
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